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miércoles, 3 de junio de 2015

Sacando provecho de la adversidad




            “La vida no es justa”, estas fueron las palabras de Víctor L. Frank; padre de la logoterapia, al escribir su libro titulado “El hombre en busca del sentido”. Este hombre llegó a esa conclusión al haber sido hecho prisionero en los campos de concentración en Auschwitz, Polonia, donde tuvo que vivir los horrores de un campo de concentración nazi, siempre viviendo con el riesgo latente de ser asesinado, experimentando constante maltrato físico y emocional, epidemias y frío intenso entre otros horrores. Este hombre pudo haberse convertido en una persona negativa, llena de rencor y con una visión negativa de la vida, sin embargo, pudo desarrollar dentro del horror vivido en tan terrible tormento, una de las teorías psicológicas que a la fecha continúa dando respuestas a cómo es que un hombre puede superar la adversidad si tiene un razón lo suficientemente poderosa para darle sentido a su vida. Muchas veces hemos pasado por momentos no gratos en los que las cosas no suceden como quisiéramos, perdemos el empleo, pasamos por enfermedad, enfrentamos problemas económicos, experimentamos una ruptura sentimental o perdemos a un ser querido, entre otras cosas. Sin embargo, dentro de lo difícil que pueda resultar nuestra situación, esta lleva implícita la oportunidad de obtener algún beneficio.

            Experimentar la adversidad, aunque es algo no deseado, resulta un proceso necesario para el desarrollo de habilidades y fortalezas las cuales no serían posibles de ejercitarse o crearse en un estado de bienestar y felicidad, el cual no requiere de un gran esfuerzo de nuestra parte. Pensemos por ejemplo, que muchos empresarios con una muy buena posición económica en la actualidad, tuvieron que experimentar primeramente pobreza para verse forzados a tomar la iniciativa de emprender un negocio para solucionar su carencia, siendo el resultado un aumento en sus habilidades y conocimientos.