“La vida no es justa”, estas fueron
las palabras de Víctor L. Frank; padre de la logoterapia, al escribir su libro titulado
“El hombre en busca del sentido”. Este hombre llegó a esa conclusión al haber
sido hecho prisionero en los campos de concentración en Auschwitz, Polonia,
donde tuvo que vivir los horrores de un campo de concentración nazi, siempre viviendo
con el riesgo latente de ser asesinado, experimentando constante maltrato
físico y emocional, epidemias y frío intenso entre otros horrores. Este hombre
pudo haberse convertido en una persona negativa, llena de rencor y con una
visión negativa de la vida, sin embargo, pudo desarrollar dentro del horror
vivido en tan terrible tormento, una de las teorías psicológicas que a la fecha
continúa dando respuestas a cómo es que un hombre puede superar la adversidad
si tiene un razón lo suficientemente poderosa para darle sentido a su vida. Muchas
veces hemos pasado por momentos no gratos en los que las cosas no suceden como
quisiéramos, perdemos el empleo, pasamos por enfermedad, enfrentamos problemas
económicos, experimentamos una ruptura sentimental o perdemos a un ser querido,
entre otras cosas. Sin embargo, dentro de lo difícil que pueda resultar nuestra
situación, esta lleva implícita la oportunidad de obtener algún beneficio.
Experimentar la adversidad, aunque
es algo no deseado, resulta un proceso necesario para el desarrollo de
habilidades y fortalezas las cuales no serían posibles de ejercitarse o crearse
en un estado de bienestar y felicidad, el cual no requiere de un gran esfuerzo
de nuestra parte. Pensemos por ejemplo, que muchos empresarios con una muy
buena posición económica en la actualidad, tuvieron que experimentar primeramente
pobreza para verse forzados a tomar la iniciativa de emprender un negocio para
solucionar su carencia, siendo el resultado un aumento en sus habilidades y
conocimientos.
Pensemos ahora en un trabajador que
experimenta hostilidad por parte de sus compañeros (mobbing). Esto lo podemos
ver como una oportunidad para desarrollar el autocontrol, para aplicar
habilidades de asertividad y establecimiento de límites, de aprender y
desarrollar técnicas para ganarse a los agresores y que estos terminen
convirtiéndose en sus amigos. El convertir a sus enemigos en sus amigos será
solo una ganancia secundaria, siendo la principal ganancia el desarrollo de una
personalidad competente para solucionar conflictos la cual le ayudará en muchas
otras situaciones de su vida en las que se presenten problemas con otras
personas, estando por ende más facultado para darles solución que otras
personas que no han pasado por situaciones similares y desconocen cómo
enfrentarlas.
Como lo hemos visto en otros
artículos, dependiendo de la forma como interpretemos la situación (la lente
que usemos), ésta influirá poderosamente en nuestras emociones y dependiendo de
qué emociones nos hemos permitido experimentar, estás últimas influirán
poderosamente en nuestras acciones.
Independientemente de la situación
difícil que estés experimentando, solo te quiero decir que si tomas la actitud
correcta, puedes sacar provecho de lo vivido aunque de momento te preguntes
“¿pero cómo sacarle provecho a esta mala racha?”
Si alguien te lastimó
emocionalmente, ¿acaso no es esta una oportunidad para que aprendas a perdonar?
Si dices algo así como “Es que lo que me
hicieron no merece ser perdonado”, entonces es una clara evidencia de que
necesitas aprender a perdonar y una vez que lo hagas, podrás vivir tu vida con
más calidad ya que al aprender a no guardar rencor y dar por saldada la deuda
por parte del ofensor, vivirás sin la carga pesada del odio constante, porque
tarde o temprano todos nos pueden llegar a fallar.
Por lo anteriormente expuesto, te
sugiero que abandones tu papel de víctima de las situaciones difíciles, para
convertirte en un personaje activo siempre dispuesto a aprender y desarrollar
tus habilidades…¡A pesar de lo difícil que en este momento parezcan las cosas!
¡Un
abrazo!
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