Soy adulto, tengo problemas y culpo a mis padres
“Culpando a
terceros”
Creo que todos hemos tenido la
oportunidad de conversar con un adulto que como
muchos de nosotros, ha experimentado una serie de problemas durante el
transcurso de su vida. Resulta imposible transitar por esta vida evitando el
dolor, traiciones, ingratitud e injusticias. En su libro “El hombre en busca
del sentido”, Viktor Frankl ya lo había mencionado en sus primeras páginas al
decir “La vida no es justa”. ¿Concuerdas con él? No tengo manera de saber en
este momento tu respuesta, pero en relación a mi persona, estoy muy de acuerdo
con este gran psiquiatra y padre de la Logoterapia. A veces nos esforzamos por
dar lo mejor de nosotros mismos en beneficio de otros y no siempre nuestro
esfuerzo y sacrificio son considerados dignos de alabanza, sino más bien lo
contrario. En ese punto nos sentimos defraudados, incomprendidos, no valorados,
experimentamos indignación y decepción, entre otras emociones nada gratas, por
cierto.
Los adultos que hemos sufrido
las “injusticias de la vida” (a veces nosotros somos los injustos ¿eh?),
podemos reaccionar de varias maneras ante lo sucedido dependiendo de la manera
como interpretemos lo que nos sucedió. De ahí que nuestras elecciones nos
pueden llevar a los siguientes escenarios:
- Enojarnos con la vida y volvernos defensivos apartándonos de los demás
- Enojarnos con la vida y volvernos amargados (depresivos)
- Culpar a los demás de nuestra miseria personal
- Negar que estemos afectados (represión), y enfermarnos por guardárnoslo
- Vivir contándole a “todo el mundo” sobre nuestros problemas
- Crecer a través del dolor y volvernos más fuertes y sabios (esta opción te la recomiendo).
En relación al tercer punto
(Culpar a los demás de nuestra miseria personal), habría que hacer algunas
aclaraciones, ya que es una verdad a medias, y lo veremos brevemente a
continuación.